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Wednesday, June 9, 2010

LO QUE SE HA DICHO DE PACO GODOY

LO QUE SE HA DICHO DE PACO GODOY

Paco Godoy, no es pianista, ni compositor, ni arreglista:

Paco Godoy es la música.

Dr. Enrique Gallegos Arends –Radiodifusor

Terminada mi presentación musical. Una señora se me acercó para decirme: “Dos veces en mi vida me han dolido las manos de tanto aplaudir: La primera en Radio City de New York, cuando asistí a un concierto del cantante Luís Miguel, y ahora que me he deleitado con el talento de Paquito Godoy.”

“Paco Godoy, el paganini del acordeón”

Pablo Reece, violonchelista de la Orquesta Sinfónica Nacional.

“Paco Godoy, el Liberache ecuatoriano”

Alexander Jervis, tenor formado en Estados Unidos (hijo del legendario cantante Rafael Jervis del trío Los Embajadores)

“Paco Godoy no es un músico más del Ecuador. Existe un antes y un después de Paco Godoy en la música. Ha marcado un hito.”

Gerardo Cilveti, violinista argentino. Fue concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional, durante 20 años.

Diego Guzmán, amante de la música, en una velada artística me solicitó la obra francesa “No me quite pas” del compositor Jack Brel. Al final de mi intervención dijo:

“Al viajar por el mundo siempre adquiero las versiones que encuentro de “No me quite pas”. Ya tengo como 30 versiones.

Sin embargo, puedo asegurar que la suya es la mejor.”

Al terminar un concierto, una señora se me acercó para solicitarme mi número telefónico y me dijo:

“¡Maestro”!, o mejor le digo, “Ángel”, Usted es un Ángel”.

Fui a dar un concierto en el órgano tubular de la iglesia de la Compañía de Jesús, en la ciudad de Quito. Al llegar, me reuní con el coro de los doce hermanos Sáenz. Uno de ellos me dijo:

“El órgano tubular se viste de gala para recibir al maestro Paco Godoy.”

Un caballero me insistía que le dé clases de acordeón. Pese a mi apretada agenda, pacté para que sean los sábados a las ocho de la mañana. Al levantarse, su esposa salió a la sala expresamente para decirme: “Despertarse con su música es cosa seria”.

Desde Radio estudio 2 de la cadena “sucre”, en la ciudad de Guayaquil. El conocido cantante y radiodifusor de antaño, Pepe Parra, entrevistando a Paco Godoy y emitiendo sus orquestaciones tomadas del álbum “Todo es amor, Piedad Torres” Dijo:

“Estas orquestaciones hechas por Paco Godoy se comparan y me recuerdan cuando hace algunos años yo (Pepe Parra), grabé con los arreglos y la orquesta del boricua Tito Puente, en la ciudad de New York.

LO QUE EL PÚBLICO, PRESENTADORES Y PERIODÍSTAS HAN DICHO DE PACO GODOY

Paco Godoy viene de un legado ancestral musical.

Paco Godoy es un romántico en éxtasis.

Paco Godoy toca con una emotividad poderosa.

El piano es el confidente personal de Paco Godoy.

Las manos de Paco Godoy vuelan frenéticas por el teclado.

El virtuosismo de Paco Godoy, proclama grandiosidad.

Paco Godoy es el poeta del piano, que toca con una belleza etérea.

Al escuchar los primeros acordes de Paco Godoy hay un “suspiro feliz” por parte del público.

El piano es para Paco Godoy lo que la fragata para el marinero, su propio “yo” y su lengua materna.

Paco Godoy confía al piano sus sueños, sus alegrías y sus penas.

Definitivamente en la música de Paco Godoy hay poesía, pintura, escultura, fuentes, batallas, ocasos y sueños de amor fantásticos.

Paco Godoy tiene el sonido vivo y dorado que sale del corazón.

Paco Godoy toca con un lirismo apasionado, su arte es reflexivo y fáustico.

Paco Godoy existe en un mundo de sentimiento y forma. Fundiendo los más altos ideales artísticos del hombre.

ANECDOTARIO

I.- EN PLENAS "BODAS DE ORO", UNA NEBLINA DE NOSTALGIA


Parodiando una frase que resuena en nuestros oídos cotidianamente, en esta era medio enigmática, creo yo que, con mayor propiedad aún, podemos decir: “La música ha sido, es y será propiedad de todos”.
En la sabia doctrina del libro del Eclesiastés:
“Todo en la vida tiene un momento.
Tiene su tiempo el nacer y el morir,
La siembra y la cosecha,
El silencio y la palabra,
La separación y el encuentro,
La lucha y la paz,
La fiesta, el regocijo, la alegría... las lágrimas.”
Pero hay algo que tiene su puesto en todo momento: LA MÚSICA.
Un a pareja celebraba, a todo dar, 50 años de matrimonio. Se le concedió a Paco Godoy el privilegio de ser "el artista favorito" de los esposos. En el denso programa conmemorativo, la familia incluyó como número central, una inolvidable serenata.
Como de costumbre Paco Godoy, llegó "rapidito", con su piano portátil y una carga rebosante de inspiración y de cariño. Después de mi primera intervención, resolví dirigir a la pareja unas palabras de felicitación muy sentida y tan emotiva, que terminé gritando el clásico ¡VIVAN LOS NOVIOS!
Pero, al dirigir la mirada a una joven que, con rapidez matemática le calculé 25 años, me di cuenta que no contestó a mi grito.
Me acerqué a ella y mirándola fijamente a los ojos, le dije:
“¡Escuchen como se grita!” ¡Nada! Hierática, seria, inabordable…
Alguien, al sorprender en mí un cierto desconcierto, se acercó a decirme: “No insista. Es sordomuda”.
En la vida hay de todo: oídos que no pueden oír; pero es mucho más grave encontrarse con oídos abiertos, que no quieren escuchar.

II.- CONTRASTES DE LA VIDA

Era el 11 de septiembre del año 2007, en Ibarra, la “ciudad blanca”. Siempre dispuesta a vaciar raudales de cultura en sus parejas sin mancha. En el sobrio y elegante auditorio de la casa de la cultura, nosotros (Piedad Torres y Paco Godoy), ofrecíamos un concierto de canto y piano. Era un lleno total. Mucha gente de pies y una latente expectativa que, de repente, se volcará en torrentes de aplausos.
De pronto, atravesó la pasarela central un caballero de aproximadamente 78 años. Traje impecable, chaleco castellano, anteojos grandes y un reloj de cadena de plata reluciente. Con cierta dificultad, cargaba algo pesado: era una grabadora “de la época de la chispa”, que más tranquila hubiera estado en el claroscuro de un museo de antigüedades.
¿Para qué todo esto?
Puso un cassette y, con mucha circunspección y prosopopeya, se disponía a grabar, en exclusiva, nuestro concierto…
¡Pesado piropo! Un caballero “a lo grande”, grabando nuestra inspiración de la manera más peregrina.
Hay contrastes en la vida, que nos despiertan de los más bellos sueños, a la prosaica realidad.
Para ser felices en este mundo, lleno de lujos, de cosas superfluas y superabundantes, de actitudes estridentes, de sorpresas nunca esperadas, nos hacen falta dos cosas: ¡serenidad y sencillez!

III.- EL ACORDEON NO ES MIO

Tenía yo 13 años de edad. Fui organista de la iglesia de la compañía de Jesús. En el trayecto de ese tiempo, por cierto inolvidable, cuántos recuerdos, cuántas anécdotas.
Una devota de la virgen Dolorosa compró un acordeón, que debía ser utilizado por mi persona cada 20 del mes, en el rosario de la aurora. Mi deber era guardar el acordeón en la sacristía hasta el próximo mes.
Un buen día, se me ocurrió acudir al Hno. Daniel Calvopiña, de la Compañía de Jesús, encargado de la Iglesia , pidiéndole que me permita llevar el acordeón a mi casa para los ensayos. Yo sería muy puntual en traer el aparato cada 20 del mes. Mi petición fue aceptada sin dificultad.
Al enterarse de todo esto el organista de la Iglesia de la Merced , Don Carlos Rivadeneira, vino a buscarme un sábado alrededor de las cinco de la tarde. Encarecidamente me proponía alquilarle el acordeón para esa noche.
“Lo siento, le contesté, el acordeón no es mío”.
Me insistió, y sin que yo le pidiera, puso en mis manos un billete de 500 sucres y me dijo: “A las siete de la noche vendrá a llevar el acordeón el artista Rodrigo Barreno. Con absoluta seguridad, mañana se lo entrego”.
Llegó el maestro Rodrigo Barreno, llevó el acordeón; pero… resulta que al bajarse del taxi, se le olvidó el acordeón que, tan veloz como el motor del auto, desapareció para siempre.
Llegó el domingo 20 y don Carlos Rivadeneira no llegó. Ya pueden imaginarse: “volé” hasta el templo de la merced, donde me empapé de la infausta noticia.
Al enterarse de lo acontecido la dueña del acordeón, en tono serio y terminante dijo: “El acordeón me valió 18.000 sucres, quiero que me los devuelvan”.
¿Qué nos quedaba?
Don Carlos Rivadeneira puso 6.000 sucres por pedir lo ajeno.
Yo, 6.000 sucres por prestar lo que no era mío.
El maestro Rodrigo Barreno 6.000 sucres, por el olvido.
¡Elocuente lección!
“El tiempo no es una autopista entre la cuna y la tumba”. Es un espacio para crecer bajo el sol. Entre flores y espinas, entre guijarros o planicies limpias, aprende a aprovechar toda ocasión para pulir tu personalidad, para enriquecerla con la sabiduría de la experiencia.
Para ser al menos un poco feliz; para tener sobre la tierra un pedacito de cielo, debes reconciliarte con tu vida, con el medio ambiente, con los que te rodean, todos los días.



IV.- UNA MALETA SOSPECHOSA

Cuando uno se duerme con una cascada de sinfonías, que se amontonan en el hondón del alma como un collar de perlas musicales; el despertar es plácido y sereno como las auroras de agosto; la aurora es musical como la orquesta de la fronda; la primera sensación de vida es como un canto de esperanza.
Así desperté un día, a las 4 de la mañana, para llegar a las cinco en punto al aeropuerto “Mariscal Sucre” de Quito. Con ilusión y optimismo, me acerqué al consabido chequeo del boleto y a la inspección aduanera que trata de hacer algo así como una radiografía del cuerpo y del alma. ¡Ya, todo listo! En la sala de preembarque, seguía dibujando en mi mente pentagramas y notas para el concierto de la noche. El concierto era en esa bella ciudad de Loja, donde todo canta al compás de las ondas tranquilas del Zamora y de la espuma encrespada del Malacatos, cuando “está crecido”.
De pronto, llegó un gran compañero de viaje, el bajista Tito Sangucho. Al verme tan cargado: sintetizador, acordeón y maleta, se ofreció ayudarme con el acordeón, gentileza que acepté agradecido. ¡Listos! Pasar a la puerta de salida y subir al avión, todo fue rápido. Tuvimos un plácido vuelo, codeando los cerros que se apretujan, como para coquetear con la luz del amanecer, que invade el firmamento.
Cuando habíamos llegado ya al aeropuerto de la Toma , me percaté de que el acordeón, ¡no llegó! El maestro Tito con los ojos desorbitados y tomándose los cabellos, no le quedó más que confesar: “olvidé el acordeón en la sala de espera”. ¡Menudo lío!
Me dije en mis adentros, ¡Paco, sereno!: piensa, actúa, soluciona.
Me contacté con los personeros de la línea aérea. Ellos, ejecutivos, rápidos, serviciales, llamaron a la compañía en Quito.
¡Asómbrense!: una maleta abandonada, había sido declarada como material sospechoso. Era mi querido y tan necesario acordeón. Se aclaró todo; el aparato llegó en el avión de la tarde. ¡Feliz concierto de una noche bella, después de la tormenta de la mañana!
Amigo: El problema que logras asumir en tu mente con serena agilidad, para encontrarle una salida, transforma tu ser en una fuente de inspiración.



V.-COMO NACIÓ EL PASACALLE “¡QUE VIVA LOJA!”

Otra vez en Loja, la ciudad zamorana que siempre invita a volver.
Era en el año 1996, cuando ofrecí un concierto de piano en el auditorio del Banco Central. Al finalizar el concierto, algunos profesores del legendario Colegio “Bernardo Valdivieso”, se acercaron a felicitarme y a formularme una propuesta: armar un recorrido por la ciudad, ofreciendo “serenos”.
“Lo siento, no traje el acordeón por no necesitarlo”.
“Eso no es problema. En el colegio Bernardo Valdivieso, Ud. Podrá escoger entre muchos, el acordeón que le guste”.
Cuatro automóviles, doce personas que coreaban, una ciudad que se agolpaba en balcones y veredas, para escuchar todo un repertorio de serenatas, entretejieron una noche de música y de ensueño.
A la madrugada, me invitaron a comer en el “Beirut”, restaurante de Don Jorge Villota, ubicado en la esquina de las calles 10 de Agosto y Ramón Pinto.
Mientras esperábamos a que nos sirvieran, tomé unas servilletas y me dispuse a componer el pasacalle “¡Que viva Loja!”. La información que recibí de los profesores que me acompañaban sobre los lugares más representativos de la provincia, fueron una maravillosa fuente de inspiración.
Terminábamos de servirnos la cena. Y yo, concluía mi pasacalle “¡Que viva Loja!”.
El ser humano es un peregrino de la vida. Nadie puede detenerse, porque la vida empuja desde dentro. Si la música es la fuerza que te impulsa, ¡avanza! Y cubre el espacio de notas y melodías.
Entonces, permitirás que otros caminen bajo el palio de la noche,
Iluminado por una sementera de luceros.


Amigo lector:

He transcrito para ti un quinteto de ANÉCDOTAS, como trocitos de amor que han ido matizando los senderos de mi vida y las partituras de mi inspiración.

En el álbum se quedan… doscientas más.

Conservo además una larga antología de COMENTARIOS, son innumerables, los guardo en mí corazón.

Sólo puedo decirles ¡muchas gracias! Su palabra es un estímulo indescriptible; un aliciente que compromete mi gratitud, para siempre; es un ¡alerta! para permanecer sencillo y esforzado, sin detenerme nunca.

La música que produzco o interpreto, no es mía, es de ustedes. Tengo un solo y grande anhelo: SERVIR.

Y hago mía esa bella expresión de Rabindranath Tagore:

“Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y observé que la vida era servicio. Serví y descubrí que en el servicio se encuentra la alegría”.

Discurso del Dr. Gustavo Vega en la presentación del CONESUP dedicada a las partituras musicales del Maestro Paco Godoy.

FLACSO-Octubre 223 de 2009

El único sentido, de los cinco que nace maduro es el oído. Los únicos huesos calcificados al nacer son los huesecillos del oído. Ningún otro está maduro; sólo aquellos que nos permiten escuchar la más sagrada de las artes: la música, y cuando un ser humano fenece, tras su humante vida, el único y el ultimo en morir es precisamente el oído; el más frágil, la vista, tarda el ser humano en ver, mucho más en mirar, pero maduro al nacer el oído y tardío al morir el oído es el que nos permite degustar la maravilla que hemos escuchado de la flauta traversa, de la voz humana, esa laringe que tiene cuerdas de guitarra, de violín, esa laringe que tiene cuerdas vocales para hacer de la voz humana, como en el caso de la cantante Piedad Torres, con el más sagrado de los instrumentos musicales, y, por cierto también, el violín. El violín inventado por el ser humano que junto con el piano son dos instrumentos reyes.

Y Pitágoras decía que la música es matemática inconsciente, es que nos revela el diástole, el sístole, de este corazón que se resiste a odiar y que quiere amar cada vez más; ese ritmo, ese compás de la biología del corazón que se traduce en la inconsciencia del ritmo de la música es el efecto como Pitágoras creía la música, la matemática inconsciente. Pero los ecuatorianos hemos sido no precisamente como traduce la lingüística lo que es la universidad, alma mater - madre nutricia, porque muchos de nuestros artistas, maestros, hombres de cultura, mujeres de arte que han debido migrar. El Ecuador es uno de los países que más ecuatorianos pone afuera, somos madrastras, padrastros. Juan Campoverde, un joven compositor vive en Chicago; Mesías Mayguashca uno de los grandes de la composición musical ecuatoriana vive en Alemania, Arturo Rodas en Londres, y a veces codificamos bien las ciencias, varias artes, y poco la música. Del maestro Luís Humberto Salgado sólo conocemos un 20 % de su creatividad. Francisco Paredes Herrera, posiblemente el músico más creativo que ha tenido este Ecuador, con más de mil creaciones de su inspiración, tuvo que migrar de su patria madre, de Cuenca hacia el manso y caudaloso Guayas; para que una nueva patria le acoja y pueda hacer de su creatividad cuna y expresión de su sabiduría.

La familia hace músicos, y la música hace familias; ya saben ustedes que la familia Bach tiene más de cuarenta músicos reconocidos.

Y por cierto que puede estar en los genes, puede estar en la enseñanza, mejor en ambos a la vez, cultura y naturaleza. En el caso de Paco Godoy no es la excepción, ese árbol totémico que tienen sus padres y abuelos, y que ha hecho de la música su cadena helicoidal del ácido rigonopleico traducido en arpegios mordentes, abalanzaste, diminuendo, crechendos, calderones, esos silencios largos y pausas, que como toda la vida nos hace saltar mejor ante los acontecimientos inéditos que nos depara la vida.

Cuando se escucha el concierto de corno ingles de Mozart, uno se despierta sólo con las pausas, y esas súbitas pausas disparan el futuro, y cuán importante es el silencio de la vida; hablamos demás, lo estoy haciendo ahora, sólo el silencio es profundo, sólo el silencio, el inefable silencio, traduce ese cambio filosófico a un acontecer del más allá y la música sabe de la profundidad de la pausa y del silencio.


Cuando en efecto se inventaron los instrumentos musicales, los de percusión los de tecla los de viento, los de cuerda, quizás el piano es esa rara excepción que naciendo del clavecín, del clavicordio pura cuerda, de pronto el golpe sobre la cuerda produce una sinergia de un novicio de un instrumento donde esa potenciación y sinergia de dos herramientas primigenias generan un salto cualitativo inmenso que es el piano.


Y claro está, la combinación creativa de esas patentes hacen nuevos instrumentos. Wagner creó 30 instrumentos musicales para la filarmónica; el europeo nacido en Bélgica Adolphe Sax creó 50 instrumentos musicales combinando flautas, combinando oboes, clarinetes, hasta desembocar en diferentes formas del saxofón como lo conocemos ahora; y sin saxofón no hay jazz y sin afro ecuatorianos, americanos en Nueva Orleans, Chicago, Nueva York; sin africanos migrados cimarrones, esclavos o libertos, no hay Góspel, no hay espirituales, tampoco hay el regeé y el blus, esa tristeza puesta en música. Y Milton Tadeo, el ecuatoriano creador de la bomba en el Chota muerto recién no hubiese creado toda una dinámica distinta de hacer música afro americana; y sin africanos en el Perú no tendríamos el Landó; y sin africanos en el Caribe o en Brasil el juego de amadorrios, la dimensión extraordinaria de la fantasía y la imaginación, no se hubiera traducido en el fetiche, en el susto, el espanto, que deben ser exorcizados a través precisamente de la música.

Hemos vivido un momento alucinante con Paco Godoy perteneciente a Familia de músicos, compositores y virtuosos. Es difícil ambas cosas, si ser virtuoso bueno, no se es buen compositor. Es difícil asociar talentos; se dice que mejor pianista de la historia fue Franz Liszt, Paderewski le sigue de lejos; Liszt puso en dos pianos una versión de la novena sinfonía de Beethoven impresionante, y recién descubierta como varias obras de esta América todavía inexplorada. Sigue de pronto descubriéndose obras de música sacra, barroca, perdida en archivos no codificados.

Hay que hacer mucho con la cultura. No está aquí Rojas Mix, ya se cansó, por supuesto, pero él nos dijo hoy día: UNIVERSIDAD SIN CULTURA EN AMÉRICA LATINA NO ES UNIVERSIDAD. En Europa quizás hay tantos organismos que hacen cultura: museos, centros culturales y la propia universidad, pero en América Latina la cultura es una necesidad imperativa del quehacer universitario, por eso hoy día estamos de plácemes, entregamos una obra hermosa, un conjunto de partituras en esta revista del Conesup, mimada y acariciada por Wilson Zapata, un gestor cultural extraordinario, quien a pesar de su quebrantada salud ha venido esta noche para entregarnos lo que él ha hecho con Paco Godoy y sus partituras, poner en papel la creatividad de su corazón, de su diástoles y sístoles cuando hacen juntos el ritmo y el compás, y acompaña una versión que podemos disfrutarla, porque en América Latina sin música no somos latinoamericanos, y ventajosamente para el Ecuador nuestro segundo himno nacional el pasillo Sombras, no es solo ecuatoriano, de la pluma de esa yucateca extraordinaria Rosario Sansores, y el pichinchano Carlos Brito Benavides, se inspiró y creó lo que es ese pasillo trágico cómico de lagrimas y risas, de desventuras, celos , y arrebatados pensamientos que sólo el amor profundo traduce pasión nuestro pasillo Sombras.

Y no hay como imaginar Bolivia sin bandas de pueblo, y si vamos a Oruro fácilmente encontramos mil, dos mil músicos con su percusión andina, retumbando los tímpanos lo que es la música del altiplano. América Latina es sobre todo música y en eso si está integrado, dado que en la política lo hemos fallado.

Me enorgullece entregar una obra que recoge la producción de Paco Godoy, como dice Darío Moreira aquí presente,”es una obra de colección”. Cuando vuelvan a sus patrias queridos rectores amigos pídanles a músicos que ejecuten algo de estas partituras y ojalá, produzca en su memoria alguna nostalgia de esta patria que está en la mitad de dos hemisferios y que quiere profundamente. Rumbo al sur y rumbo al norte, la nostalgia se traduce como el dolor del hogar ausente, NOSTOS y ALGIA el dolor del hogar ausente; y ojalá ese poquito de nostalgia que despierte la memoria sobre el torno reavive y reviva la memoria de escuchar, y al ejecutar obras de este ecuatoriano extraordinario, este riobambeño universal Paco Godoy, algo de lo que Ecuador pudo haber puesto en la impronta de la música en su memoria. A partir de hoy entregamos las obras y cometeremos música, como se comete poesía, como se comete el amor, y precisamente Wilson nos tiene reservado algo mas, de bandas música y alegría en esta última noche de la Cumbre de Rectores de América Latina y el Caribe que cerramos con lo mejor que puede dar el ecuador: el corazón expresado en música.

Muchas Gracias.